Vendió muchas de sus tierras para comprar libros de caballerías y juntó todos los libros que pudo.
Nuestro hidalgo tenía casi cincuenta años. Era fuerte pero flaco, de pocas carnes y cara delgada, gran madrugador y amigo de la caza. No se sabe si su nombre era Quijada o Quesada, pero lo más probable es que fuera Quejana.
Comía más vaca que cordero, carne picada muchas noches, huevos con tocino los sábados y algún pollo los domingos.
hidalgo de escudo antiguo, rocín[4] flaco y galgo corredor.